La ideología nacionalsocialista o nazismo tiene sus orígenes justo después de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, todo se precipita cuando Adolf Hitler consigue ganar las elecciones en 1933. Es aquí donde podemos apreciar el desencadenante de la Segunda Guerra Mundial.
- Desencadenante de la Segunda Guerra Mundial
- Surgimiento del nazismo en Alemania
- Anexión de áreas de habla alemana
- El pacto de no agresión y la invasión de Polonia
- Desencadenante de la WWII: el pasillo de Dantzig
- Hitler se convierte en Canciller de Alemania
- Se abre el primer campo de concentración
- El III Reich se anexiona Austria
- Acuerdos de Múnich
- Conquista de toda Checoslovaquia
- Pacto Germano-Soviético
- Alemania entra en Polonia
- Francia y Reino unido declaran la guerra
- Los dos frentes contra Alemania
- La invasión soviética de Polonia
- La Falsa Guerra y las invasiones de Escandinavia
Desencadenante de la Segunda Guerra Mundial
Adolf Hitler llega al poder legítimamente el 30 de enero de 1933 a través de las urnas. Muchos de los votos que recibió a favor provenían de la amargura de los antiguos combatientes de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, también consiguió grandes cuotas de votos por medio de la intimidación y el engaño, empleando discursos populistas muy bien estructurados.
Poco tiempo después se convierte en dictador de Alemania, convirtiéndose en Der Führer (El Líder). Esto fue en parte posible por la gran desunión de los grupos de izquierda alemanes, incapaces de formar una entidad mayor que contrapesara al NSDAP (Partido Nacional Socialista Alemán, o Partido Nazi). Una de estas evidencias de desunión, por ejemplo, provenía de la visión de los comunistas alemanes, que estaban bajo las órdenes de Moscú, y que veían a los socialistas como sus auténticos enemigos.

Adolf Hitler, asomado en la ventana de la Cancillería del Reich en Berlín, es ovacionado el 30 de enero de 1933 cuando fue nombrado Canciller de Alemania por el Presidente Paul von Hindenburg. Bundesarchiv, Bild 146-1972-026-11 / Sennecke, Robert / CC-BY-SA 3.0 / CC BY-SA 3.0 DE
Surgimiento del nazismo en Alemania
Adolf Hitler, en su libro Mein kampf publicado en 1925, describe su misión. En ese libro se encontraban las ideas clave que le hicieron llegar al poder en 1933. Hitler fue un amargado excombatiente de la Primera Guerra Mundial, y una de sus primeras misiones como nuevo Führer era destruir Francia. En el Tratado de Versalles, firmado en 1919 al finalizar la Primera Guerra Mundial, se le arrebataba a Alemania parte de su territorio como consecuencia de haber perdido la guerra. Y Francia era precisamente uno de los países que firmó ese tratado.
Hitler también presenta otra ambición, como es la de conquistar lo que él denomina como el espacio vital para la raza aria. Además, Hitler es un antisemita convencido y desea reafirmar la supremacía de la raza aria en Alemania. A los judíos, por su parte, les achaca ser los enemigos de Alemania, al ser los responsables de la situación del país y también de ser los responsables, junto a los marxistas, de haber perdido la Primera Guerra Mundial.
Sin dilatar el tiempo desde su llegada al poder a finales de enero de 1933, Hitler inaugura el primer campo de concentración formado durante el III Reich. El campo de concentración de Dachau, a unos 13 km de Münich, abre sus puertas el 22 de marzo de 1933, y a él se envían judíos, demócratas, comunistas, socialistas, etc.

Guardias de las SS llegando al campo de concentración de Dachau el 27 de mayo de 1933. Bundesarchiv, Bild 152-01-16 / Friedrich Franz Bauer / CC-BY-SA 3.0 / CC BY-SA 3.0 DE
Anexión de áreas de habla alemana
Otra de las misiones de Hitler es unir a todos los pueblos de habla alemana en el Reich, comenzando por Austria, en el Anchluss, que es sometida al régimen de terror nazi, inaugurando allí Mathausen, el campo de concentración.
La siguiente en sucumbir fue la vecina Checoslovaquia, que presenta población alemana en los Sudetes. Sin embargo, Checoslovaquia posee la protección de Gran Bretaña y Francia. En Múnich se organiza una conferencia de paz de última hora (Acuerdos de Múnich o Conferencia de Múnich) el 30 de septiembre de 1938.
En esta conferencia se reúnen por un lado Adolf Hitler y su aliado Benito Mussolini, y por otro las potencias occidentales, con el Primer Ministro británico Neville Chamberlain y el Presidente del Gobierno Francés, el radical socialista Édouard Daladier. Las potencias occidentales desean salvar la paz ante las aspiraciones expansionistas del III Reich. Sin embargo, acaban entregando la provincia checa de los Sudetes a Hitler, a cambio de su firme promesa de no reclamar ningún territorio más. Seis meses después, el 15 de marzo de 1939, Hitler conquista toda Checoslovaquia entrando en Praga.

Conferencia de Múnich el 30 de septiembre de 1938. De izquierda a derecha: Neville Chamberlain (Gran Bretaña), Édouard Daladier (Francia), Adolf Hitler (Alemania), Benito Mussolini (Italia), Galeazzo Ciano (Italia). Momento justo antes de firmar el tratado de paz. Bundesarchiv, Bild 183-R69173 / CC-BY-SA 3.0 / CC BY-SA 3.0 DE
El pacto de no agresión y la invasión de Polonia
Hitler prepara en el verano de 1939 una maniobra de bloqueo de Polonia con su Ministro de Asuntos Exteriores, Joachim von Ribbentrop. Hitler le envía a Moscú para reunirse con su homólogo ruso, Vyacheslav Molotov. Ambos Ministros de Asuntos Exteriores firman el 23 de agosto de 1939 el Pacto Germano-Soviético, también conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop.
El principal objetivo de este pacto fue la no agresión mutua entre los dos países, así como obtener una frontera común entre ambos invadiendo Polonia. Alemania entraría por el oeste y la URSS por el este. Los soviéticos argumentaban que este pacto se produjo para que Joseph Stalin ganara suficiente tiempo durante el cuál la Alemania nazi de Hitler y las potencias occidentales entraran en guerra sin involucrar a la URSS. Por otro lado, Adolf Hitler justificó este pacto a los altos dignatarios nazis, entre los que se encontraban el jefe de las SS (Reinhard Heydrich), el jefe de la Gestapo (Heinrich Himmler) y un colaborador cercano (Albert Bormann), argumentando que esta alianza les permitiría continuar con su expansión, esta vez contra Polonia.
Desencadenante de la WWII: el pasillo de Dantzig
El Congreso de Estados Unidos aceptó en 1936 la ley de neutralidad para evitar verse arrastrado a una guerra en Europa. Sin nada que temer por lo tanto por parte de la URSS y EE.UU., Hitler decide destruir lo que él consideraba lo más denigrante del Tratado de Versalles: el pasillo de Dantzig, que daba a Polonia una salida al mar. Hitler decide entrar en Polonia para recuperar Dantzig el 1 de septiembre de 1939 a las 5.35 de la madrugada.
Ante esta nueva invasión alemana, Hitler está convencido de que británicos y franceses no entrarán en acción. Ambos países se reúnen de urgencia y le dan un ultimátum para retirarse de Polonia. Finalmente, el 3 de septiembre de 1939, Francia y Reino Unido declaran la guerra a Alemania.
Los dos frentes contra Alemania
Ahora Alemania tiene dos frentes abiertos en guerra. Uno es hacia el este (Polonia) y otro hacia el oeste (Francia y Reino Unido).
El frente oriental de Polonia
Polonia realmente no supuso un esfuerzo de guerra enorme. El ejército polaco estaba desactualizado y anticuado, por lo que las probabilidades de éxito de su caballería con respecto a la sección acorazada eran nulas. Una vez conquistada su parte de Polonia, Hitler y Himmler, jefe de las SS, nombran a Hans Frank como gobernador de las provincias polacas ocupadas.
El frente occidental de Francia
Francia ya requería mucha más energía. En el país galo se movilizaron 4 millones de hombres, aunque muchos de ellos campesinos con poco entrenamiento militar. Además, también se encontraban relativamente desfasados en cuanto a la motorización en el ejército. Aun con todo, las fuerzas francesas atacaron a Alemania el 7 de septiembre de 1939.
Este primer ataque francés, lanzado para mostrar a la opinión pública que no habían abandonado a Polonia, consigue avanzar 8 kilómetros en la región del Sarre. Sorprendentemente, el ejército francés no emprende más acciones.
Debido a que el ejército francés superaba en número al británico, se nombra a Maurice Gamelin como comandante en jefe de las fuerzas aliadas franco-británicas. Bajo sus previsiones, Gamelin consideraba que para tener éxito frente a los alemanes, el ejército francés debería permanecer dos años tras la línea Maginot para rearmarse completamente.
Línea Maginot vs. Línea Sigfrido
La línea Maginot era un conjunto de fortificaciones francés construido para detener al ejército alemán. Esta línea tenía una distancia de 500 kilómetros, desde Bélgica, que se había declarado neutral, hasta el bosque de las Ardenas.
La línea Sigfrido fue la respuesta alemana a la línea Maginot, situándose una frente a la otra. Aprovechando que los franceses no atacan en la línea Maginot, los alemanes mantienen sus posiciones, sin atacar, evitando tener dos frentes en activo.
La invasión soviética de Polonia
Mientras que los alemanes invadían Polonia por su flanco occidental, los soviéticos invaden su mitad oriental. El ejército polaco, ante el ataque de ambos ejércitos, se rinde a alemanes y soviéticos. Finalmente los dos ejércitos acaban encontrándose, consiguiéndose así lo que Adolf Hitler deseaba: una frontera directa con la URSS para su posterior invasión. Stalin, por su parte, ordena en ese momento la ejecución de 20.000 prisioneros polacos, entre ellos 4.500 oficiales que fueron ejecutados en el bosque de Katyn, cerca de Smolensk, en Rusia.
La Falsa Guerra y las invasiones de Escandinavia
Después de la invasión de Polonia, Adolf Hitler ordena comenzar la invasión de Holanda, Bélgica y Francia. El invierno de 1939 a 1940, justo entre la invasión de Polonia y la posterior de Francia, la guerra entra en una fase de relativa inactividad, que se conoce como la Falsa Guerra.
Maurice Gamelin espera que los alemanes crucen Bélgica y se dirijan a París, y planea resistir contra los alemanes en suelo belga. Por su parte, el coronel Charles de Gaulle critica esta estrategia, a la que llama la mentalidad de la línea Maginot.
Churchill comenta a los jefes franceses que hay que pasar a la ofensiva. En este momento se forma un cuerpo expedicionario francobritánico para ayudar a Finlandia, que ha sido invadida por la URSS. Sin embargo, Finlandia firmó un tratado de paz con la URSS.
En este mismo momento, Hitler lanza una ofensiva exitosa contra Dinamarca y Noruega con el objetivo de blindar la ruta del hierro. Aunque al poco tiempo de conquistar el fiordo noruego de Narvik, el cuerpo expedicionario francobritánico se aproxima para combatir con los alemanes. Éste desembarca en Narvik el 16 de abril de 1940 y tras un mes de intensos combates, los aliados consiguen tomarla, cortando consecuentemente la ruta del hierro a los alemanes. Pero el cuerpo expedicionario deberá abandonar Narvik poco tiempo después, debido principalmente al comienzo del ataque a Francia, Países Bajos y Bélgica. En este momento, los nazis reestablecen la ruta, haciendo que el 50% del hierro para la industria armamentística de Alemania salga de Suecia hasta el puerto noruego de Narvik, donde viaja en barco hasta el corazón del Tercer Reich.
El 9 de mayo de 1940, los generales de Adolf Hitler le entregan el plan de batalla calculado durante el invierno. Este plan consistía en atacar Francia a través de Bélgica. Sin embargo, Hitler prefiere la idea del general Erich von Manstein, que es hacerles creer que van a llegar a suelo francés cruzando Bélgica. Pero el plan real es crear una trampa, ya que realmente cruzarán a Francia atravesando el bosque de las Ardenas, desplazándose posteriormente hacia el norte y capturando a los aliados por la retaguardia en un movimiento de pinza.